lunes, 11 de enero de 2010

"La soledad es un antídoto a la banalidad y a la superficialidad"

"La soledad es un antídoto a la banalidad y a la superficialidad"Francesc Torralba

En un tiempo en que la soledad "tiene muy mala prensa", Francesc Torralba defiende los beneficios de estar con uno mismo en su último libro. En El arte de saber estar solo, el doctor en filosofía y teología, habla de la soledad buscada, de la que ya habló Unamuno, la que nos "sirve para ordenar las ideas y el corazón, para proyectar y crear".


Francesc Torralba afirma que "las grandes obras se han hecho en soledad"

¿Estar solo es sinónimo de estar marginado?
Uno de los objetivos de este libro es romper con el tópico de que la soledad por definición es negativa, un aspecto que nos margina y nos separa de los otros. Yo defiendo la soledad creativa. No como un estado permanente, pero sí alternándolo con la vida en compañía.
Y, ¿qué es la soledad creativa?
Es un viaje sin retorno, de confrontación con uno mismo. El ruido, la interacción, la multiplicidad de imágenes nos dispersa y nos evita pensar en aquello que realmente nos puede hacer sufrir. La soledad nos hace pensar en los pequeños vínculos, el tipo de vida que llevamos, nuestros proyectos, frustraciones. Una ocasión para profundizar, ver los puntos débiles de uno mismo y los recursos que dispone.

Parece un estado incómodo.
No es fácil resistir a la soledad, por eso es un estado que de entrada se evita. Hay gente que no soporta estar solo en una habitación durante una tarde, por ejemplo, y enseguida busca conectarse, encontrar vínculos, navegar: buscar algún amigo por facebook. Pero hay que resistir este primer impacto, esa necesidad comunicativa, para disfrutar de todo lo que te aporta.

¿Cúales son sus beneficios?
Por un lado, te permite hacer una valoración del pasado, un análisis positivo, pero también proyectar aquello que queremos hacer en los próximos años. Nos damos cuenta de qué vida libre o esclava llevamos, cuáles son nuestras jaulas, dependencias, servidumbres. En ese aspecto, la soledad es iluminadora, transparente.

Encontrarse con uno mismo.
Es como estar desnudo delante de un espejo. Y ahí, a diferencia de lo que a veces hacemos con los demás, no te puedes autoengañar. Es un proceso de autoconocimiento muy beneficioso a la hora de emprender proyectos, porque analizas tus puntos fuertes y débiles, aprendes a protegerte de los peligros, a decidir dónde poner todo tu potencial, a la vez que te encuentras con tus propias decepciones, frustraciones.

Pero, no es lo mismo estar solo que sentirse sólo
Es paradójico el hecho de que vivimos en sociedades masificadas y sin embargo a veces nos sentimos tremendamente solos. Te puedes sentir solo en medio de la Plaza Cataluña, o comiendo en familia el día de Navidad. Pero este sentimiento no tiene que ver con el estar solo o no, sino con la proximidad que tienes con las personas. Una persona puede estar aislada, en un refugio de montaña, pero sentirse acompañada porque sabe que alguien piensa en ella, se preocupa, la quiere, y está pendiente de si las cosas le van bien o no. Hay que diferenciar entre la soledad física y la emocional.

Suena a experiencia espiritual
Todos los grandes pensadores la han recomendado como algo básico. En cuanto a los grandes maestros espirituales, detrás de cada uno de ellos siempre hay alguien que ha practicado el silencio y la soledad con mucha frecuencia, como Jesús, que antes de predicar estuvo cuarenta días en el desierto. Parece que antes de poder decir alguna palabra valiosa, has de pensarla y meditarla, porque es así cuando adquiere otro valor y deja rastro en la historia. En cuanto a la experiencia religiosa también cuenta mucho la escucha, la voz de la que se habla en el Antiguo Testamento. Las grandes creaciones religiosas y espirituales son lugares de encuentro con el misterio, la divinidad, ya se le llame Alá, Cristo, o Buda, todas ellas hablan y recomiendan el encuentro personal con el misterio.

Y tras el silencio: la creación…
Los grandes creadores, poetas, artistas, literatos, músicos, ¿cómo han creado sino en soledad? Cerrándose en su taller esperando aquella inspiración o aquel buscar el argumento, verso o fórmula mágica. Es una ocasión para la creación intelectual. Las grandes obras se han hecho en soledad.

¿Se puede buscar la soledad, pero no encontrarla?
Hay que buscar paréntesis. Yo tengo cinco hijos y la busco cuando salgo a correr. Hay que buscar momentos para encontrarte contigo mismo, valorar lo que has hecho, analizar tus vínculos. El camino de casa al trabajo puede ser un buen momento para encontrar tu pequeño tiempo contemplativo, para meditar, reflexionar, intentar parar la actividad mental, y sentirte plenamente integrado en lo que estás haciendo en ese momento.

¿Un paseo por la montaña?
Tenemos que aprender a pasear de nuevo, disfrutando de todo lo que nos ofrece la naturaleza a través de un camino. Vamos directo al lugar y cuanto antes mejor, con un tipo de mentalidad muy planificada. Y el paseo es dejarte sorprender por un árbol, un pájaro, o un ruido.

Tenemos demasiados estímulos.
Si una persona vive permanentemente estimulada por estímulos externos, ¿dónde queda su singularidad? Detrás de una persona con mucha singularidad o personalidad, con estilo propio, hay una persona que siembra habitualmente la soledad, que no tiene miedo a encontrase a sí mismo, que hace ejercicios de autoconocimiento. Y sólo conociéndonos a nosotros mismos nos permite profundizar más en el otro. Cuando uno viaja a la soledad, es cuando piensa qué quiere hacer con su vida, y aquí es cuando puede hacer de ella un proyecto singular, quien soy y adónde quiero ir.

Tendemos a fijarnos en el otro
Si uno está siempre viendo qué hacen los demás, imitando, la singularidad se disuelve. En la medida que evitamos la soledad y el silencio, también perdemos mucha riqueza. Una persona que lee, escribe o escucha música en soledad, lo hace en un grado de profundidad superior. Tengo la impresión de que cuando estamos continuamente interaccionando, aquello que evocas o dices no ha estado suficientemente pensado, reflexionado, y se convierte en una banalidad. La soledad también es un antídoto a la banalidad y a la superficialidad. Por eso la debemos cultivar.

¿Qué ocurre con la generación del facebook?
La red es maravillosa por la transparencia de conocimientos que ofrece, pero no banalicemos las palabras, no llamemos amigo a un nombre a quien le puedes enviar una información por Internet. Los ordenadores, debidamente tutorizados están bien, pero los niños deben saber estar en silencio y soledad para descubrir quienes son, entender que las personas ricas espiritualmente son las que menos necesitan, y las más precarias las que se ven en necesidad de estímulos constantes.

El filósofo y teólogo ha publicado el libro 'El arte de saber estar solo'

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LA VANGUARDIA

BARCELONA ENTREVISTA · FRANCESC TORRALBA

Judith Martínez Barcelona 11/01/2010 ||


jueves, 7 de enero de 2010

Invitación al VI Encuentro Contemplativo en Soledad y Silencio

El próximo sábado, 9 de enero de 2010, tendrá lugar el VI Encuentro Contemplativo en Soledad y Silencio.
Os esperamos, de 10 a 12h, en el Jardín Botánico de San Fernando, Cádiz.

Cierro la puerta.

Me quedo solo.

Me envuelvo de silencio.

Cierro los ojos.

Y me tumbo en la alfombra

y a poco...

La piel se olvida que algo la sostiene.

Me parece que floto.

Ni el cuerpo siento

Ni siente él ninguno de sus poros.

No pienso en nada.

Tan sólo

¡siento que existo! ¡Existo!

sin siquiera decir esta palabra

Y poco a poco...



Del Poema Ser- Alfredo Rubio


jueves, 3 de diciembre de 2009

INVITACIÓN AL V ENCUENTRO EN SOLEDAD Y SILENCIO

El próximo sábado, 12 de diciembre de 2009, tendrá lugar el V Encuentro Contemplativo en Soledad y Silencio.
Os esperamos, de 10 a 12h, en el Parque Natural "La Algaida", a la entrada de la Universidad, Puerto Real, Cádiz.

Esta noche de invierno, tan serena,
en que
la dicha brilla quedamente ...
Este vi
vir en paz junto a mi gente,
que hac
e soñar con que la vida es buena.

Este remanso, amor, en que resuena
muy lejos el murmullo del torrente
desmedido del tráfico estridente;
esta afable y sentida Nochebuena,

llega a mi pecho con el aura suave,
con la dulce y agraz melancolía
de otras que ya llegaron y se fueron.

Con el recuerdo de los que latieron
junto a mi corazón día tras día,
y sólo son, de ausencia, sombra grave.

Francisco Redondo Benito

miércoles, 25 de noviembre de 2009

TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO



Entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a:

MOUSSA AG ASSARID,

No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!

Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo

- ¡Qué turbante tan hermoso...!


- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?


- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?


- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?


- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Invitación al IV Encuentro Contemplativo en Soledad y Silencio


El próximo sábado, 14 de noviembre de 2009, tendrá lugar el IV Encuentro Contemplativo en Soledad y Silencio.
Os esperamos, de 10 a 12h, en el Parque Natural "La Algaida", a la entrada de la Universidad, Puerto Real, Cádiz.

Dime, silencio, tu nombre secreto.
Paró el viento en la rama dormida.
Desnuda de olas la roca se calla
y
besa la arena suspiros de sombra.
...Dime, silencio, si escucho tu huella, silencio, dime !
Dime, Silencio de Luis Tamargo