Cada mañana los hombres, sean quienes sean, pueden sentir lo mismo en la alborada: ¡existo! ¡existo!Luego, en la vida larga nos habremos moldeado muy distintos, pero todos tenemos el común tesoro que nos vive y exalta. ¡Ser, Ser!
Del poema SER (Alfredo Rubio)
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